IGLESIA DE CRISTO MISIONERA CANADA INC.

Declaración de Principios

ARTICULO IV

(1)      Creemos en la palabra de Dios como inspirada y divinamente y la única norma de la 

           Iglesia, sin adulteración de ninguna clase. (Apocalipsis 22:18-19)


(2)     Creemos en el bautismo en agua, como un testimonio simbólico de haber muerto al 

           mundo y de haber nacido de nuevo. (Marcos 16:16)


(3)      Creemos en el bautismo del Espíritu Santo y sus dones. (Marcos 1:8, Hechos 1:5)


(4)      Creemos en la Santa Cena que es el sacrificio de Cristo en la Cruz, herido por

            nuestros pecados. (1 Corintios 11:24-25)


(5)      Creemos en la solemnidad del casamiento porque es instituido por Dios y

            sancionado por el Señor en Caná de Galilea y se asemeja a la Unión de Cristo y su     

            Iglesia. (Efesios 5:24)


(6)      Creemos en la presentación de los niños al Señor para implorar sus bendiciones 

           sobre ellos. (Mateo 19:13-15, Lucas 2:22-24)


(7)      Creemos en la Divina Trinidad, nuestro Padre (1 Juan 5:6-8), Hijo nuestro Salvador

            Jesucristo; Espíritu Santo nuestro Consolador. (Mateo 28:19)


(8)      Creemos en las dos resurrecciones tanto la de los justos, como la de los injustos para 

            recompensa según sus obras. (Juan 5:28-29, 1 Corintios 15:52)


(9)      Creemos en la obligación de pagar los diezmos, y también traer ofrendas al Señor,

            para identificarnos como hijos de Dios según las promesas hechas a Abraham. 

            (Gálatas 3:6-9, Hebreos 7:4-9)


(10)    Creemos en la santificación del creyente en Cristo durante su vida terrenal, para 

            entrar al reino de Dios. (1 Pedro 1:15-16, Hebreos 12:14-16)


(11)     Creemos en la Sanidad Divina; que por medio de la oración de fe, el Señor sanará al 

            enfermo. (Marcos 16:18, Santiago 5:15-16)


(12)    Creemos en el culto de adoración a Dios con toda reverencia. 

            (Juan 4:22-24, Romanos 14:11)


(13)    Creemos en la relación del hombre con Dios por la oración, mediante la intercesión 

           de nuestro Señor Jesucristo. (1 Timoteo 2:5, Juan 14: 13-14)


(14)    Creemos en los ayunos y vigilias como medio de consagración. 

           (Hechos 13:2, Lucas 6:12)


(15)    Creemos que la fe, la esperanza y el amor obrando juntamente con las obras

           cristianas  es de gran beneficio en la obra del Señor. (1 Corintios 13:13)


(16)    Creemos que el día domingo es el día especial en que con más libertad pueden 

           reunirse los cristianos para rendir culto al Señor como un día conmemorativo de su

           resurrección no sometiéndonos a yugo de la ley, sino mirando la gracia. 

           (Apocalipsis 1:10, Hechos 20:7)


(17)    Creemos en el día de Pentecostés, como día conmemorativo en el cual se derramó el

           Espíritu Santo, en los discípulos del Señor como El les había prometido.                                       (Hechos 2:3-4, Hechos 20:16)


(18)    Creemos en el poder del Espíritu Santo para vencer los tres enemigos del alma; el 

           Mundo, la Carne y el diablo. (Gálatas 5:17, Efesios 6:11, Santiago 1:27)


(19)    Creemos en las profecías de Dios de acuerdo con su palabra, desechando todo

           fanatismo y cosa que no se ajuste a la sana doctrina. (1 Juan 4:1, 1 Timoteo 4:1-2)


(20)  Creemos en el gran acontecimiento del Milenio conforme a la palabra profética del                Señor. (Apocalipsis 20:2, Daniel 7:18)


(21)   Creemos que el espíritu de aquellos que mueren en el Señor van a un paraíso y que    

           cuando Cristo venga la segunda vez estos resucitarán para reinar con él en el

           Milenio tendrán el privilegio del cielo; y que los espíritus de los malos que mueren

           son llevados al infierno y después del Milenio al juicio, serán juzgados ante el Trono

           de Dios para entonces ser echados en el lago de fuego, que es la muerte segunda. 

           (Mateo 25:46 y Apocalipsis 14:10)

(22)   Creemos que la Virgen María, concibió por obra del Espíritu Santo y dio a luz a   

           Jesucristo y que éste fue su hijo primogénito; pero Jesucristo es el Salvador único de

           las almas; los santos, los ángeles y los querubines, los creemos mensajeros de Dios,

           pero tampoco pueden salvar ni pueden ser adorados por cuanto lo prohíbe el

           segundo mandamiento de la Ley de Dios. (Éxodo 20:4-5)


(23)   Creemos que la Cruz literalmente es el patíbulo donde el Señor fue ajusticiado 

           humanamente, figurando el tipo de las persecuciones del cristiano, lo que tiene   

           mucho que ver con la vida cristiana por cuanto Cristo dijo: “El que no toma su cruz y

           sigue en pos de mí no es digno de mí”; pero ninguna adoración puede dársele a la 

           cruz porque es en contra de el mandamiento de Cristo. (Mateo 10:38, Lucas 14:27,

           Mateo 16:24)           

(24)   Creemos que Dios manda a obedecer a las potestades superiores terrenales; como

           gobierno y patronos pero nunca que esto sea contra el mandamiento del Señor, que

           pueda estorbar la salvación de las almas. Es mejor sufrir y perder nuestra vida

           material antes que perder la salvación pues Cristo dijo: “El que perdiere su vida por

           causa de mí la hallará”. (Mateo 10:39)

     

(25)   Creemos en un ministerio sucesor de los apóstoles inspirados por el Espíritu Santo y

           compuesto de hombres activos, espirituales, santos e instruidos lo mejor posible y

           sin estar relacionados con sociedades secretas.


(26)   Creemos en el libre uso de comidas según autoriza la gracia bajo la cuál estamos,     

           puesto que ya no estamos bajo la ley; en cuanto a bebidas embriagantes, abstenernos

           de ellas por completo, ni usarlas, ni venderlas. (1 Corintios 8:4-13)


(27)   Creemos que invisiblemente Cristo es el jefe de la Iglesia pero que en lo visible tiene 

           que estar organizada, regida y gobernada por los ministros, diáconos y presbíteros

           que la misma Iglesia elija para los efectos. (1 Pedro 5: 1-4)